Con el paso de los años y la evolución de las tecnologías, la conciencia social en referencia a la responsabilidad del uso de los productos, el reciclaje y en general el cuidado del medio ambiente ha ido creciendo, asentándose como una cuestión de interés común.
Esto ha hecho que en la mayoría de los ámbitos, las personas tengamos cada vez más cuidado a la hora de comprar, siendo fundamental ser cuidadoso en la adquisición de productos de uso diario y que tienden a tener una período de vida largo como los sistemas de aire acondicionado.
Dentro de estas líneas, tiene cabida el concepto de eficiencia energética, el cual, remite a la disminución del consumo de energía y protección del medio ambiente sin que esto tenga repercusión en la calidad del producto. Además de ello, adquirir un electrodoméstico bajo las premisas de eficiencia energética lleva consigo una serie de beneficios que pasamos a enumerar:
- Gracias a la eficiencia energética, conseguimos menores costes de producción, ya que, se consume menos energía por unidad producida.
- Se cumple correctamente las exigencias ambientales.
- Con la eficiencia energética se consigue una mejora importante en la competitividad global.
- Se desperdicia mucha menos energía, lo que se traduce como una contaminación mucho menor.
En el año 2013 entro en vigor la denominada ErP, medida que ha hecho que se pueda medir de forma mucho más exhaustiva el sistema del aire acondicionado.
Para confrontar estas nuevas medidas y mejorar el bienestar de las personas, muchos modelos de aire acondicionado han incorporado funciones innovadoras como Plasma Quad, brisa natural, filtros para purificar el aire, sensores y tecnologías inteligentes que hacen que mejore la calidad del aire y favorece los entornos saludables sin dejar de lado el consumo responsable.
Es fundamental el compromiso tanto por empresas, como compradores, de apostar por el ahorro y la eficiencia energética para mejorar nuestra calidad de vida evitando estropear nuestro entorno.