Si tu vivienda tiene conexión al gas natural, una opción cómoda y confortable para tu sistema de calefacción es instalar una caldera. La caldera calienta el agua que recorre el círculo de radiadores para proporcionar calor a toda la vivienda. Las calderas mixtas generan también agua caliente sanitaria.
- Tipos de calderas
Calderas de bajo Nox (baja emisión de óxidos de nitrógeno) proporcionan un gran rendimiento (por encima del 90%). Además, reducen las emisiones de CO2 de acuerdo con la normativa europea.
Calderas de condensación. Son más eficientes y menos contaminantes, tienen un rendimiento de hasta el 109%. Gracias al proceso de condensación, la caldera recupera gran parte del calor que se pierde en forma de vapor de agua, ahorrando hasta un 35% menos de gas.
Entre las calderas de condensación, hay algunas que cuentan con un pequeño depósito de 3 a 5 litros de agua caliente (microacumulación) que hace que al abrir el grifo el agua caliente salga de forma instantánea y deja tiempo a su vez a que el resto de agua caliente que se necesita para la ducha se caliente. Gracias a la salida inmediata del agua caliente se ahorra una gran cantidad de litros.
¿También para agua caliente?
Entre las calderas que proporcionan tanto calefacción como agua caliente encontramos varios tipos:
Simple. En principio solamente alimentan el circuito de calefacción, pero también tienen la opción de agregar un depósito de acumulación para obtener agua caliente sanitaria.
Mixta. Están preparadas con dos circuitos, uno para la calefacción y otro para el agua caliente.
Microacumulación. Tienen un pequeño depósito de agua caliente que sale de forma inmediata al abrir el grifo. Permite un gran ahorro tanto de gas como de agua.
Acumulación. Ideales para casas con varios cuartos de baño. Son similares a las calderas tradicionales, cuentan con un depósito acumulador de agua que se mantiene siempre caliente.
- Los radiadores adecuados
Si tu vivienda tiene una preinstalación de tuberías para el circuito de calefacción, los radiadores son una solución eficiente y cómoda.
El factor principal a tener en cuenta en la elección de los radiadores es el material de fabricación. Los de hierro fundido son los “de toda la vida” y cuentan con una gran inercia térmica. Tardan un tiempo en calentarse, pero conservan el calor también durante más tiempo. También hay radiadores de chapa de acero, que resultan más económicos. Por último, los radiadores de aluminio resultan a fin de cuentas la mejor opción, puesto que se calientan muy rápido y son más duraderos.
- Mantenimiento esencial
Tanto la instalación como las revisiones anuales deben ser realizadas por técnicos autorizados.
Cada 5 años, la empresa suministradora debe encargarse de realizar una revisión de la instalación.
