Si tu baño no tiene una ventilación natural, lo ideal es contar con un extractor que favorezca la eliminación de humedades y malos olores y que evite la aparición de moho.
Un extractor es un dispositivo eléctrico de fácil instalación cuya función es airear y ventilar la estancia. Al evitar la condensación del vaho y la humedad consigue también que las paredes y los techos se conserven en buen estado durante más tiempo.
Hay dos tipos de extractores: los axiales y los centrífugos. Los primeros son adecuados para instalaciones que cuentan con conductos reducidos, mientras que los segundos están indicados para instalaciones con conductos de evacuación de gran longitud, siendo estos últimos más potentes que los anteriores.
Según su funcionamiento también podemos ver varios tipos:
Manuales. Se activan mediante un interruptor.
Con detector de presencia. Se activan al detectar por infrarrojos la necesidad de ponerse en marcha.
Higrostatos. Su funcionamiento depende de la humedad del ambiente.
Con temporizador. Se configura el tiempo necesario para la renovación del aire. Funcionan durante este tiempo, y después se apagan automáticamente.
Además, a la hora de elegir el extractor adecuado a nuestro baño debemos considerar una serie de características:
El caudal del extractor (nivel de extracción). Para saber cuál es el caudal adecuado de nuestro extractor debemos multiplicar por 10 el volumen de la estancia (ancho x alto x largo) en la que lo colocaremos.
La potencia. Un extractor no necesita tener tanta potencia como por ejemplo una campana extractora. Por lo general, la potencia va desde los 8W hasta los 35W. Debemos tener en cuenta para decidir la potencia el lugar donde lo vamos a colocar respecto a la salida, el caudal y el tamaño. Además, un aspecto relevante es que un extractor de más potencia será más ruidoso.
Ubicación. Es preciso señalar que los extractores necesitan conexión a la red eléctrica, y que está prohibido situar estos aparatos sobre la ducha o la bañera, a no ser que esté a más de 2,25m de altura. Además, no es aconsejable situarlos encima de radiadores, ni al lado de puertas o rejillas de ventilación, ya que se crearía un microcircuito que no favorecerá la función del aparato.
Respecto al mantenimiento, solamente hay que tener cuidado de limpiar con un paño el polvo que se vaya acumulando en la rejilla, y comprobar periódicamente que el estado de los conductos internos es el adecuado y que todo conecta correctamente.
