A la hora de comprar un ventilador, tenemos muchos tipos en el mercado para elegir cuál de ellos se vendrá con nosotros. Pero cada uno de ellos tiene su propia utilidad y hay que saber cuál va a ser el que cumpla con nuestras necesidades. Para ello, hay que tener en cuenta la velocidad del ventilador, las revoluciones por minuto y, lo más importante, observar la protección que tienen las aspas para nuestra propia seguridad.
Tipos de ventiladores
Los ventiladores de sobremesa son los de menor tamaño y los más baratos, pero tampoco disponen de mucha potencia. Estos ventiladores son perfectos para colocarlos junto al ordenador o cualquier superficie para que apunte a nuestra cara, así podremos hacer más llevadero el trabajo. Además, hay muchos que ya vienen para enchufarse directamente al USB en lugar de a la corriente, por lo que puedes prescindir de enchufe cerca mientras tengas un ordenador.
Si lo que quieres es ambientar una pequeña sala, decídete por un ventilador de pared. Su instalación es de lo más sencilla y lo mejor es situarlo en un lugar de la pared que abarque la mayor parte posible de la habitación.
Ante la falta de espacio, lo mejor es colocar un ventilador de techo. La función de este es mover el aire a arriba abajo, En este caso, debemos tener mayor cuidado a la hora de su instalación, pues si no es correcta, podemos correr el riesgo de que se caiga.
Un ventilador de pie puede ser una de las mejores soluciones, ya que se puede colocar en prácticamente cualquier lugar y se puede regular tanto su altura como su ángulo e inclinación para mover el aire como queramos.
Finalmente, para los que no les gusta las aspas por el miedo al daño que puedan causar, también tenemos ventiladores sin aspas, estando ocultas. Estos ventiladores se caracterizan por ser los más silenciosos, ya que disponen de más velocidades y son capaces de producir mayor aire con un menor consumo.
