Las temperaturas ya han bajado. El templado octubre al que nos acostumbramos acabó y toca encender la calefacción para no enfriarnos en casa. Sin embargo, existen una serie de hábitos en torno a este aparato que hace que nuestro gasto aumente. Hoy te contamos cuáles son y qué solución puedes ponerle para que deje de pasar.
En primer lugar, el aislamiento del hogar es un punto muy importante. Ventanas, puertas o persianas deben estar bien cerrados para que no pase el aire frío externo y, a su vez, se escape el calor de la calefacción. Para evitarlo, se recomienda colocar capas aislantes adicionales en las zonas de la casa más propensas a perder calor.
Las persianas son otro punto importante a la hora de mantener la calefacción. Un error podría ser mantener subidas las persianas durante la noche. Debemos intentar tenerlas bajadas para evitar que se vaya el calor. En cambio, durante el día, es más efectivo subirlas para dejar que el calor del sol también caliente tu casa y así el efecto de la calefacción sea más duradero.
Otro de los errores que podemos cometer es ventilar las habitaciones durante la mañana cuando la temperatura es fría. Lo más adecuado es ventilar la casa a medio día para aprovechar, una vez más, la luz y el calor solar.
Por otra parte, si cuando salimos de casa dejamos la calefacción apagada, cuando regresemos y la encendamos el esfuerzo que realizará será mayor. Lo aconsejable es tenerla a una temperatura entre los 13-15º y que se mantenga a esa temperatura y energía.
Dejar las puertas abiertas de las habitaciones es otro de los grandes errores que cometemos cuando tenemos nuestra calefacción encendida.
Y por último, no debemos olvidar que estamos en invierno, por lo que poner la calefacción demasiado alta llegando a estar en manga corta en nuestra casa es innecesario. Si conseguimos acostumbrarnos a ponernos más abrigados en casa, también conseguiremos ahorrar en el gasto de calefacción.
