Secarse las manos después de lavárselas es una de las acciones rutinarias de nuestro día a día. Mientras en el hogar se tiende a utilizar una toalla para ello, en los baños públicos, por razones de higiene, recurrimos a otros métodos como el papel tisú higiénico o, de forma más común, al secamanos digital.
Este aparato, ha ido evolucionando y podemos encontrar, según el aseo del lugar público en el que nos encontremos, desde el modelo más tradicional o antiguo que es el que, a través de un sensor automática, al aproximar tus manos húmedas debajo del aparato se enciende y procede al secado sin necesidad de tocarlo. Otra modalidad, también muy extendida, es aquel en el que no cuenta con sensor y es necesario apretar un botón, recubierto con material aislante que eviten posibles accidentes, para que el secamanos empiece a funcionar.
No obstante, durante los últimos años, a pesar de continuar siendo mayoría estos dos modelos, empezamos a encontrarnos en los baños públicos más modernos de centros comerciales o aeropuertos, el secamanos digital. De estilo distinguido y vanguardista, este nuevo modelo funciona con un sensor digital que se activa al colocar tus manos en una ranura entre dos paredes especialmente diseñado para ellas. En tan solo 12 segundos, cronometrados y, que generalmente aparece indicado en algún lugar del aparato, seca por completo tus manos sin dejar rastro de humedad.
Esto es posible gracias a su motor digital que genera el flujo de aire a una velocidad de 600 kilómetros por hora canalizándolo a través de unas finas ranuras de 0,3 milímetros. También cabe destacar, que debido a este tipo de motor y a la rapidez del secado, su consumo de energía es muy inferior a los tradicionales.
Dos puntos más a su favor lo encontramos en el tipo de aire que emite. Mientras que los convencionales expulsan aire caliente directamente a las manos, hace que perjudique nuestra piel y favorece la emisión de bacterias. Por su parte, los nuevos secamanos, al no hacerlo de manera directa ayuda a cuidar nuestra piel y, con un filtro especial que limpia el aire, previene que las bacterias y gérmenes se fijen en nuestras manos.
