La guerra por el aire acondicionado es algo muy común por estas fechas. En las oficinas, en casa todos luchamos por la temperatura que nos resulta agradable, y es que no es la misma temperatura para todos.
Ahora se ha demostrado que es mejor bajar los grados un poco, ya que las altas temperaturas en lugares cerrados están atrofiando nuestro sistema de quema de grasas. Por tanto, tenemos ganadores; los calurosos.
Así lo considera el profesor Wouter van Marken Lichtenbelt en su tesis, del departamento de Biología Humana de la Universidad de Maastricht en Holanda. Si bajamos y subimos varias veces al día la temperatura del aire acondicionado, ayuda a disminuir la obesidad y la diabetes.
En su estudio, el profesor indicó que en diez días conviviendo con una temperatura más fresca el consumo de calorías aumenta, necesario para controlar la obesidad y aumenta la sensibilidad a la insulina, por lo que favorece contra la diabetes. Era conocido el hecho de que cuando el cuerpo está en un lugar con una temperatura superior a los 32 grados e inferior a los 26, el organismo trabaja para regular la temperatura corporal y el gasto metabólico es mayor.
Posteriormente se ha sabido que estando a 17 grados, dos horas al día, durante un mes y medio, pueden llegar a reducir el 5% de grasa de una persona. Imagínate encontrarte en la oficina mientras haces tu trabajo mientras pierdes esos kilitos de más.
La grasa parda, es la responsable de esto, se potencia con el frío, a diferencia de los sistemas de calefacción, que están estropeando nuestros propios sistemas de quema de grasa.
