Las fugas de calor en el hogar en invierno son un problema muy común y, aunque aparentemente resulte complicado acabar con ello, lo cierto es que hay una serie de acciones que podemos llevar a cabo para solucionarlo.
A continuación os mostramos las más importantes:
1. Doble acristalamiento en ventanas: si instalamos cristales dobles en puertas y ventanas podemos reducir hasta un 23% la pérdida de calor, además de ello también conseguimos disminuir la contaminación acústica que proviene del exterior. Aunque a priori pensemos que esta medida va a conllevar un sustancioso gasto económico, lo cierto es que podemos instalar cristales dobles en puertas o ventanas antiguas, incluso colocar una lámina térmica adhesiva, ya que, esta solución reduce la salida de calor entre un 25 y un 50 por ciento.
2. Burletes de silicona o caucho: son adhesivos que pueden solucionar de una forma eficaz la entrada de aire frío a través de las ventanas. Si no sabes si por tu ventana entra frío, puedes detectarlo perfectamente con la ayuda de una vela.
3. Mejorar el aislamiento de paredes: las paredes exteriores de la casa tienen que tener un buen aislamiento para evitar fugas de calor, especialmente la fachada norte, porque ésta no recibe la luz ni el calor del sol. Podemos aislarlas forrando por dentro con paneles de madera (sin obras) o añadiendo una capa de material aislante natural.
4. Las cortinas: son barreras térmicas muy eficaces, sobre todo si su tejido es grueso, por ello, es aconsejable dejarlas cerradas por la noche para que guarde la temperatura del día y evitar la condensación.
5. Cerrar las chimeneas: siempre que no se estén utilizando en el hogar, ya que, si se dejan abiertas se puede reducir la temperatura interior en 2 grados