Cada etapa de cambio estacional que vivimos, viene siempre acompañado de sus típicas alteraciones bruscas de temperatura. Estos días de primavera lo estamos viviendo. Un día vas de manga corta y sandalias y al día siguiente tienes que ponerte jersey y llevar paraguas. Son cambios que no solo vivimos fuera de casa, sino también el cambio brusco de temperatura que supone pasar de la casa, la oficina o el gimnasio a la calle, debido en la mayoría de los casos a causa de un mal uso del aire acondicionado.
Estos cambios bruscos de temperatura, no solo afectan a nuestra vestimenta, por desgracia de muchos, también dejan su huella en nuestra salud. Los catarros son el resultado de convivir con ese vaivén de buen y mal tiempo, cuando tenemos las defensas bajas es cuando los virus se benefician y nos asaltan. Lo mismo ocurre con las alergias que aumentan en estas etapas.
Pero, es más grave de lo que parece, ya que además de los catarros y las alergias, los cambios de temperatura nos pueden producir también espasmos coronarios, provocando un mayor número de anginas de pecho o infartos de miocardio.
La temperatura idónea para el correcto funcionamiento fisiológico del cuerpo humano está en torno a los 36,5ºC. En nuestro cuerpo, el hipotálamo, que se encuentra en el cerebro, es el encargado de regular la temperatura corporal con el objetivo de que nos afecte lo menos posible los cambios externos. Además se ocupa de otras como la de regular la ingesta de alimentos y líquidos.
Es imposible cambiar la temperatura exterior, pero podemos hacer algo para mejor esta situación dentro de nuestras casas y oficinas, realizando un buen uso del aire acondicionado. Y ahorrarnos el 20% de los resfriados de todo el año, ya que se estipula que esa cantidad son causados por el frío excesivo de las oficinas y el contraste con la temperatura ambiente externa.
