Aunque controlar el clima es algo que por el momento se nos escapa de las manos, lo que sí podemos hacer es regular la temperatura en espacios interiores, entre cuatro paredes y un techo.
El aire acondicionado ha facilitado enormemente la vida en los lugares más cálidos, y aunque parezca que es algo de lo más común, no hace tanto tiempo de su uso, y sus consecuencias sociales han sido mucho más grandes de los que creemos.
Resulta que su invención no tiene nada que ver con la comodidad de los seres humanos. Fue la Compañía de Litografía e Impresión Sackett & Wilhems (Nueva York) la que inventó el primer “aire acondicionado” debido a que era imposible la impresión en color si no se mantenían constantes los niveles de humedad: La solución fue hacer circular aire sobre bobinas previamente enfriadas con amoniaco comprimido, lo que hacía que la humedad se mantuviera a un constante 55%.
Gracias a esto las imprentas vivieron una revolución. Este invento no tardó en llegar a otros negocios con problemas de humedades (textil, molineros, incluso a la empresa Gillette (las cuchillas de afeitar se oxidaban con la humedad), y la comodidad de una temperatura más baja resultó ser un beneficio casual.
El momento álgido llegó cuando el potencial comenzó a aprovecharse para la comodidad de la gente en lugares públicos (como los teatros). Esta elección de mercado fue la clave, ya que por ejemplo lugares como los teatros se veían obligados a cerrar durante los meses de verano (nadie quería ir a ver las obras durante esta época del año).
Los teatros, los míticos blockbusters de Hollywood y la popularidad de los grandes centros comerciales le deben mucho a los equipos de aire acondicionado. Poco a poco, se fue convirtiendo en mucho más que una simple comodidad para el verano:
Los ordenadores no podrían funcionar sin sus particulares equipos de aire acondicionado, ya que se recalentarían. Lo mismo sucede con las grandes torres de servidores que le dan potencia a Internet. También la mayor parte de las fábricas y laboratorios actuales ven que su actividad depende de la presencia del aire acondicionado.
El aire acondicionado ha modificado la demografía mundial: sin él, no habría sido posible la proliferación de ciudades como Dubái o Singapur. Cuando las unidades residenciales de aire acondicionado se popularizaron en Estados Unidos, la población prácticamente se duplicó en el “cinturón del Sol” (la parte más cálida del país, de California a Florida).
Un ámbito que ha sufrido una gran revolución desde la existencia de los equipos residenciales ha sido la arquitectura. Por ejemplo, los rascacielos de grandes ventanales serían espacios inhabitables en sus plantas más altas de no ser por los equipos de refrigeración que mantienen una temperatura agradable y constante dentro de los mismos.
