Sea cual sea tu decisión, es prácticamente necesaria en tu coche. Es un accesorio básico que a día de hoy no podemos plantearnos que falte a la hora de comprar un automóvil, de hecho ya la gran mayoría incluyen el aire acondicionado de serie y añaden el climatizador como extra.
¿Merece la pena añadirlo y subir el escalón?
El aire acondicionado parece ser la opción más económica a simple vista, sin embargo a la larga puede que la inversión inicial en el climatizador sea rentable. Un climatizador requiere un mantenimiento mucho menor, por lo que antes de tomar una decisión debemos contar con la máxima información posible antes de tomar la decisión ideal para nuestro futuro vehículo:
¿En qué consisten estos sistemas?
El aire acondicionado se regula directamente desde el botón desde el que controlamos también la calefacción. Elegimos la temperatura y la intensidad con la que sale el chorro de aire (la velocidad a la que gira el ventilador que lleva incorporado).
¿Por qué si manejamos la función del aire acondicionado desde la calefacción sale aire tanto frío como caliente?
El aire frío se consigue gracias a un gas que produce el enfriamiento del aire. Cuanto más frío necesitemos tendrá que liberarse una mayor cantidad de gas, que está acumulado en un tanque incorporado en el vehículo.
El climatizador es una opción menos económica que la anterior, mezcla aire, calor y frío y así consigue una temperatura más eficiente en menos tiempo. Un valor añadido es que permite que cada pasajero disfrute de la temperatura que considera apropiada según sus preferencias.
Este sistema permite aclimatar la temperatura del interior del vehículo sin necesidad de estar continuamente regulando la intensidad del ventilador ya que esto se hace automáticamente.
Mantenimiento de ambos sistemas
El coste de la inversión es una de las variables a las que debemos prestar mayor atención. Es posible que la opción aparentemente más cara a la larga nos sea más rentable porque de menos problemas o porque requiera un mantenimiento menor.
El principal problema que suele aparecer es que se producen fugas en el circuito de refrigeración. Esto puede provocar que la eficiencia descienda, ya que entonces podría provocar que parte del aire se escape antes de llegar.
Como este tipo de problemas, a no ser que sean muy graves, son bastante difíciles de detectar, lo ideal es pasar un revisión periódica cada dos años aproximadamente.
La recarga del gas no supone un coste mayor de los 25€ - 30€, y se debería de hacer con una frecuencia superior a los 4 años. Si vemos que tenemos que hacer la recarga cada menos tiempo, podría ser porque el sistema tenga algún tipo de problema.
Un inconveniente a valorar es que el sistema hará que algunos componentes se encuentren húmedos casi constantemente, algo que puede facilitar la aparición de hongos y bacterias que reducirán la vida útil de estas piezas.
Por otra parte el sistema anti-polen es muy importante, especialmente si sufrimos alergia o asma. Lo ideal es que este aparato lo sustituyamos cada año, si es posible con la llegada de la primavera para aprovechar el máximo de eficacia.
Con todo y con esto, ¿cuál es la decisión ideal? Sucede que en cada caso particular deberemos analizar las opciones, establecer prioridades y escoger la opción que creamos que se adaptará mejor a nuestra situación particular.