Este tipo de sistemas funcionan gracias a la energía del ambiente que recogen. A través de un ciclo de compresión de un gas refrigerante, consiguen potenciar esa energía hasta más de 4 veces para climatizar la vivienda. Este sistema es altamente eficiente, incluso con el aire a bajas temperaturas.
Se trata de uno de los mejores tipos de sistemas, ya que su eficiencia es máxima y su clasificación energética es A++. Emplean siempre la mayor cantidad de energía renovable posible, con emisiones mínimas de C02 al ambiente.
La instalación de este tipo de bombas de calor de aire-agua es sencilla, no requieren de reformas o espacios específicos. Son muy adecuados por tanto cuando lo que buscamos es modernizar las instalaciones de calefacción con las que contamos.
Son capaces también de aprovechar el funcionamiento de los sistemas con los que contamos mediante la hibridación de diferentes tecnologías. Este tipo de sistemas se pueden ampliar fácilmente, por ejemplo con paneles solares y calderas de condensación.
Un aspecto relevante es la posibilidad de configurar el equipo en un mueble compacto, con el circuito frigorífico sellado de fábrica. Esta opción hace de este tipo de sistemas la mejor opción a considerar en el caso de nuevas edificaciones. De este modo, integran en un único generador la producción de calefacción, agua caliente sanitaria y refrigeración, siempre ofreciendo unos niveles de consumo muy bajos.
Es una opción muy versátil, ya que puede adaptarse sin problema a cada tipo de vivienda, sean cual sean las necesidades que demande. Incluso si en nuestra vivienda tenemos ya una instalación de calefacción, la aerotermia es la opción más eficiente y económica. Por ejemplo si dispones de una caldera de gasóleo combínala con una bomba de calor compacta. El ahorro en la factura puede llegar hasta el 60%.
Si necesitas asesoramiento respecto a este tipo de sistemas, ¡no dudes en contactar con nosotros!